El sufragio
Esta semana una colega me buscó por whatsapp para comprar una copia de Y de su amor viuda . Una amiga suya había acabado de perder a su papá y mi colega quería darle algo significativo para acompañarla en su dolor. De inmediato respondí dándole las indicaciones de qué hacer y pidiéndole los datos para el envío del ejemplar: —¿Quieres que se lo mande a ella directamente? o se lo quieres entregar tú... —¿Quieres que yo se lo dedique? O prefieres escribirle tú algo... —¿Cómo se llama tu amiga? Me imaginé haciendo las mismas preguntas que hace un agente funerario al indagar cosas como si los deudos quieren flores en la iglesia, si quieren entierro o cremación, si quieren velorio o dejar los despojos mortales del difunto en el salón de la paz antes del inicio del sepelio. Fue una sensación nueva e inesperada en el catálogo de interacciones con personas que han adquirido mi libro. Hasta ahora los compradores me habían contado historias personales, recuento...